viernes, 22 de julio de 2011

TRABAJAR DESDE LOS POBRES


Trabajar para los pobres es insuficiente. Marca demasiada distancia y se corre el peligro de definir desde fuera lo que los pobres necesitan, de no llegar a entenderlos, porque una mirada desde fuera queda siempre en la epidermis de los hechos y no llega a comprenderlos desde dentro. La pobreza hay que mirarla desde dentro para entender cómo la escasez material marca nuestra manera de entender el mundo en que vivimos y de relacionarnos con él. La realidad cambia según el lugar desde donde la miramos.

 2.1 Ver la realidad con ojos nuevos

Muchas veces, he escuchado el comentario, que los pobres son también culpables de su realidad: - Mira si no sus casas: niños hambrientos y televisión a colores. No hay para comprar leche, pero sí para jugar a la lotería.

Al finalizar cada armado, cuando la “casa” ya estaba lista para entrar a vivir, entendí que el televisor era la cuenta de banco para cuando los niños se enferman. Comprado a plazos con dificultad, no sólo servía para entretenerse, que también los pobres tienen derecho al descanso y la información, sino para salir de una emergencia llevándolo a la casa de empeño.

Y comprendí que la lotería podía ser una inversión más racional que el ahorro. Para los pobres extremos, con menos de un dólar diario por persona, las posibilidades de ahorro son muy limitadas y a costa de aumentar el hambre de la familia. Pensemos en una madre soltera que logra ahorrar medio dólar diario. Al cabo del año, si es que no ha habido una emergencia que se ha llevado los ahorros, tendrá US$ 182,50. ¿Qué puede cambiar en su vida con esa cantidad? Jugar lotería es un riesgo. No hay ninguna seguridad que va a ganar. Pero si gana, su vida puede cambiar. La entrada será suficientemente grande como para permitir un cambio que asegure un bien, resuelva un problema o permita invertir en una forma de reproducir el dinero. Por eso el pobre muchas veces elige invertir en lotería, en velas para un milagro o en un viaje ilegal. Prefiere correr el riesgo de ganar que tener la seguridad de perder.

La realidad se ve con ojos nuevos cuando se mira desde la pobreza. No porque la mirada del pobre sea más verdadera, sino porque nos descubre aspectos de la realidad que desde fuera no se ven. Es otra de las razones para que el pobre participe en los procesos de su desarrollo. Es descubrir que no basta cambiarles el traje o la casa. También la mirada del pobre está opacada por la propaganda, la ideología, el consumismo. Pero sólo desde esa perspectiva aprendemos de qué color la pobreza tiñe la realidad que nos rodea.

Captar esta dimensión requiere de un doble movimiento: que los que investigan, planifican o ejecutan políticas sociales hagan un esfuerzo de inmersión en el mundo del pobre, y que se escuche atentamente al pobre narrar su experiencia vital, porque los discursos teóricos tienden a estar mezclados con ideologías que no siempre han nacido desde la experiencia de la pobreza.

2.2 La pobreza es fea

La primera constatación que resulta de este acercamiento al pobre es que la pobreza es fea. El idealismo romántico de describir al pobre como más bueno que los demás es tan falso como la imagen que lo describe como persona sin educación ni principios morales. La calidad moral no tiene relación con las condiciones económicas.

Lo que sí es peor es el contexto en que vive el pobre y las condiciones con las que tiene que enfrentar la vida. No hay duda que los callejones de tierra serpenteando entre casas construidas con desechos, cañadas malolientes y basureros improvisados no son un paisaje idílico. Como no lo es el hambre, el agobio y la desesperanza. La mirada con la que nos acercamos a la pobreza no es la de la contemplación estética. Lo que se busca es captar cómo la experiencia de la pobreza modula la percepción de la realidad en la que estamos inmersos. Cómo esa realidad condiciona la construcción de nuestra identidad. Si crecemos en un palacio nos sentiremos príncipes o princesas. Pero si nuestra vida se desarrolla entre contextos de miseria, ¿cuál será la auto-imagen que nos vamos a formar? Nuestra posición al mirar marca el sentido de lo que vemos. Si la pobreza, que es fea, desagradable, es nuestro contexto, marcará la identidad que desarrollemos.

Por eso toda acción orientada a vencer la pobreza tiene que trabajar la autoestima del pobre. Ayudarle a rescatar los valores personales y culturales de su contexto. Es muy importante la recuperación de la estética del espacio, la relectura de la historia personal y colectiva, la revaloración de los elementos propios de su identidad, el descubrimiento de sus capacidades en la oportunidad de desarrollarlas, la libertad para la creatividad, el vencer el prejuicio y el rechazo social atreviéndose a participar, a exigir derechos, a mostrarse sin miedo.

Los pobres mismos han aprendido a reírse de su dolor, a no renunciar a la alegría, a vestir de colores brillantes su pobreza. O han aprendido a ocultarla avergonzados, como si fuera su culpa.

2.3 Dar voz

A veces cuando se trabaja para los pobres nos sentimos con la responsabilidad de ser voz de los que no la tienen. Pero cuando uno se inserta entre ellos descubre que los pobres no son mudos. El problema es que la sociedad es sorda. No hacen falta hablar por ellos, ser su voz. Ellos tienen su propia voz. Pero hay que pasarles el micrófono. Hay que hacerles el coro. Reforzar sus voces con las nuestras. Hacer que sean escuchados.

Hay que abrir caminos para que los pobres puedan acceder a los medios de comunicación social, a los espacios de participación y decisión, a los oídos de quienes dirigen.

Las grandes empresas y personalidades tienen asesores de imagen y encargados de relaciones públicas. Los pobres sufren de la manipulación de su imagen y sus reclamos, para presentarlos con frecuencia como insensatos, ignorantes, resentidos, desbordados. Trabajar desde ellos es asesorarles para dar fuerza a su voz, para mejorar su imagen, para canalizar sus reclamos. Muchas veces al intentar trabajar para los pobres los hemos sustituido en la formulación de sus reclamos en vez de ayudarlos a formularlos, a presentarlos, a darles justificación válida ante el cuerpo social, a crearles mecanismos de viabilidad y sustentabilidad.

Trabajar desde los pobres nos ayuda a las instituciones a tomar nuestro rol, que no es el protagónico, sino el discreto pero importante rol de asesores, de acompañantes. Tenemos que aprender de quienes lo hacen para las grandes empresas y personalidades, que nunca pretenden sustituirlos sino facilitarles el camino para alcanzar sus objetivos.

2.4 Desde los más pobres[1]

Trabajando con organizaciones populares de los barrios de Santo Domingo nos dimos cuenta que los que estaban organizados eran pobres, pero no los más pobres. Por eso las demandas de las organizaciones reflejaban las necesidades de los pobres, pero no de los más pobres. Los dirigentes y militantes de las organizaciones sentían los golpes de la pobreza, pero no desde la esquina más débil. No era por rechazo ni mala voluntad. Era que al no estar situados en la extrema pobreza no percibían necesidades que nacían de esta condición.

La metodología del trabajo suponía partir de un análisis de la propia realidad mirada con más atención y cuidado buscando consecuencias, relaciones, implicaciones, prioridades, alternativas.

Se nos ocurrió incluir en esta mirada sobre la realidad la busca de situaciones de extrema pobreza. Y propusimos un censo en el que entre otras cosas se buscaran datos como personas envejecientes, personas con discapacidades, madres solteras jefas de hogar, etc.

Para las organizaciones fue un descubrimiento. Sabían que eso estaba presente en el barrio. Pero no eran conscientes de su magnitud y de sus consecuencias. Estos elementos aparecían relacionados con mayor pobreza y con necesidades específicas que no siempre estaban en el pliego de demandas de las organizaciones. Por ejemplo, el descubrimiento de 26 niños y niñas con discapacidades les hizo descubrir la importancia de transporte escolar para hacer posible su educación. Un componente que fue agregado al pliego de tareas pendientes en su agenda.

Al situarse desde los pobres hay que saber que también entre ellos existe una escala que diversifica necesidades y capacidades.

2.5 El horizonte presente

Desde los pobres se aprende que a veces el horizonte desaparece ocultado por lo inmediato. Lo urgente se convierte en imperativo. La supervivencia posterga otros objetivos o matices. Lo inmediato absorbe la totalidad de la atención. Se pierde la visión estratégica. Y esto debilita la defensa de sus intereses.

La acción desde los pobres debe recuperar el horizonte, volver a ganar el sentido que inspira las luchas cotidianas. Resituar los pequeños fracasos del camino en la perspectiva de una larga caminata, de forma que no desanimen ni desarticulen. Evitar la renuncia a principios y la tentación de manipulaciones cegados por el inmediatismo de metas secundarias.

El acompañamiento de grupos populares requiere el retorno constante al horizonte de sentido, el recuperar perspectiva de largo alcance. Porque es esta visión que los libera de muchos errores y, sobre todo, del desánimo y la parálisis. Cada lucha no puede ser vista como una acción independiente. Tienen que estar encadenadas alrededor de un propósito que las organiza y relativiza fracasos parciales. Necesitan ser capaces de evaluar en el contexto y encontrar los avances con relación a los objetivos finales y no sólo a los resultados inmediatos.

La vida de los pobres, hecha de la lucha cotidiana por la supervivencia, tiene dificultad en levantar la vista y contemplar el horizonte. Pero es muy importante. Por eso el énfasis que es necesario hacer en la práctica de la evaluación y la planificación.

La experiencia de encontrar todas las puertas cerradas les da sensibilidad para un análisis de su realidad pero les dificulta visualizar alternativas, oportunidades que pueden abrirse. Los sueños son más deseos que caminos. Y por eso no movilizan. Es necesario que el horizonte se perciba en continuidad con el presente. Que se visualicen puentes que permitan acceder al futuro nuevo.

2.6 El factor cultural

La cultura es un proceso de construcción simbólica de valores, significados, comportamientos, que estructuran la relación con el contexto. Son el mapa para la vida que tienen los pueblos. Y se va rehaciendo continuamente en diálogo con el medio que nos rodea.

Ella acumula los aprendizajes históricos en valores, comportamientos, símbolos. Cada gesto cultural tiene su historia. Los pobres también tienen su cultura nacida de un esfuerzo constante por sobrevivir en un medio hostil. Las culturas nos dan identidad. Las culturas son exitosas en cuanto nos permiten sobrevivir a veces en medios hostiles, como es la pobreza. Pero lo hacen a costa de cobrar su peaje. Los medios hostiles imponen limitaciones y condicionantes a los que las culturas con frecuencia se adaptan. Para ello usan los recursos que históricamente han acumulado como patrimonio del grupo.

Los contextos de opresión muchas veces llevan a las culturas a someterse y adoptar posiciones de sumisión. Pero la identidad grupal necesita reivindicarse. Por eso a veces construyen comportamientos que relativizan o ridiculizan a su opresor. Así hicieron las culturas negras africanas o amercicanas con los bailes en los que aprendieron a disimular la sátira del blanco. O la risa ante la humillación pública, que la relativiza. O el disfraz de sus creencias ancestrales bajo el ropaje de la imaginería cristiana en las formas de vudú o santería. Por eso las culturas muchas veces llevan la herida del contexto social en que se desarrollan.

Pero son como quiera fuente de identidad que agrupa y fortalece el sentido de cuerpo. Por eso los símbolos culturales tienen tanto poder de convocatoria y movilización. Si además van cargados de contenido religioso, su impacto aumenta. Está comprobado que prácticamente todas las rebeliones de esclavos africanos en América Latina tuvieron un componente religioso-cultural que les hizo organizarse y responder a la agresión física y cultural de la esclavitud.

La creatividad cultural fortalece la autoestima, la cohesión grupal y la asimilación de la historia, valores y proyecto comunes. Es un campo donde los pobres llevan ventaja, porque es más independiente del dominio de las tecnologías. La imaginación creadora popular es de una riqueza desbordante en la que se vuelca la fuerza vital de los pueblos.

La unidad de los pobres es muchas veces frágil. Tiene muchos puntos vulnerables desde los que puede ser amenazada: sus necesidades, su baja autoestima, su inseguridad, su falta de recursos… Necesita de apoyos que la sostengan. Por eso el quiebre de la unidad cultural y religiosa es muchas veces percibido como una amenaza. La pluralidad que conlleva la modernidad resta fortaleza al colectivo popular al fragmentarlo y desmotivarlo. La cultura mediática ha desmovilizado a la juventud al desentenderla de la identidad cultural y asimilarla a la cultura posmoderna, donde la afirmación individual se siente amenazada por la “tiranía” de la cultura tradicional.

2.7 La difícil entrada en la modernidad

Las culturas las construyen los pueblos colectivamente en relación con su contexto. Los pobres viven distendidos entre tres culturas:
  • La cultura tradicional, que traen de su contexto campesino, y en la que por educación, tradición y acceso a tecnología se mueven principalmente. Una cultura anterior al impacto tecnológico de la modernidad.
  • La cultura de la pobreza: marcada por la escasez. Que se desarrolla sobre todo entre los pobres extremos.
  • La cultura de la modernidad, que en nuestro mundo globalizado invade nuestras ciudades y hasta los más lejanos parajes rurales, con su invasión de tecnología para el consumo, su pluralidad de estilos y opciones, su racionalidad experimental. Incluso el impacto de la cultura posmoderna, con su renuncia a los mega-relatos y el relativismo nacido de la inseguridad de los conocimientos.
En nuestro mundo globalizado los pobres se mueven en un mundo dominado por la tecnología, la eficiencia y la racionalidad experimental. No entrar en la modernidad es quedarse al margen. Pero para entrar hay que tener acceso a las nuevas tecnologías y a las nuevas formas de construcción de la información y el conocimiento.

El ritmo del cambio va mucho más rápido que el tiempo cíclico de la cultura tradicional o del tiempo detenido de la cultura de la pobreza. Los pobres siempre llegan tarde a los procesos de cambio.

Al ser consumidores pero no creadores ni propietarios de tecnología, ésta los endeuda y los somete más que liberarlos. ¿Cómo romper este círculo vicioso?

¿Cómo integrar las nuevas tecnologías en la educación popular de forma que puedan insertarse como ciudadanos y ciudadanas plenos en el mundo de la modernidad?

Esto requiere un involucramiento mucho mayor, hasta producirse la construcción de nuevas culturas desde los pobres. Supone trabajar también con los pobres.


[1] Experiencia de un jesuita en Santo Domingo.

martes, 28 de junio de 2011

TRABAJAR PARA LOS POBRES


El primer elemento fundamental es que toda política social tiene que tener su intención transparente. La pregunta fundamental es: ¿cuál es el objetivo de nuestra acción? Y la intencionalidad tiene que ser explícita, clara, simple e inequívoca. No podemos tener cartas bajo la mesa. Cuando se desean unos terrenos para desarrollo urbano, no se puede hablar de un proyecto de vivienda popular para beneficiar a los ocupantes de los terrenos. No podemos ocultar la verdadera intención. Es un problema de honestidad que repercute en la acción que se tome. Se trata de un negocio cuyo objetivo es ganar dinero. Si esto está claro la acción cambia de perspectiva. Los pobladores cambian de rol; pasan de beneficiarios a negociadores. Y no hablamos de una acción social, sino de un negocio en donde todos deben ganar y nadie debe ser engañado. Por eso tiene que ser clara la intencionalidad y no ocultarla tras las circunstancias del hecho. La política social tiene que construir para los pobres como intención central. Otras intencionalidades sólo pueden incluirse en cuanto refuerzo de ésta. De lo contrario, estaremos alimentando una acción teóricamente para los pobres, pero en la práctica para otros fines a los que puede llegarse a subordinar el fin principal.

Por eso el diseño de la acción a favor de los pobres debe ser precedido de un adecuado análisis de la realidad que nos permita detectar dónde están los problemas centrales y sus causas, para que la acción se oriente a enfrentarlos. Este análisis se hace desde una toma de posición previa: el análisis busca lo mejor para los pobres.

1.1  El ámbito de lo público

Uno de los problemas para definir una política social para los pobres estriba en la confusión con relación a lo público. Con frecuencia se confunde lo público con lo gubernamental. Por ejemplo, cuando se habla de educación pública nos referimos a la educación provista por el gobierno. Sin embargo, el ámbito de lo público abarca mucha más de lo que es incumbencia exclusiva del gobierno. Público se opone a privado. Privado es lo que es propiedad y responde a intereses de particulares (personas, grupos, entidades). Por lo tanto público es lo que es de propiedad o interés general, lo que es de todos y todas, de la sociedad.

Cuando hablamos de lo público nos referimos a algo (por ejemplo un espacio, un servicio de atención en salud) que es de la sociedad. Generalmente estas instancias públicas la sociedad las entrega a los gobiernos para que las administre. Pero la existencia de espacios y bienes públicos no gubernamentales es un indicador de democracia. Nos indica que el gobierno no se constituye en único propietario y responsable de esos bienes. Esa acción pública no gubernamental generalmente apunta a la existencia de una sociedad civil fuerte, que es capaz de entrar en diálogo con los gobiernos para exigir (por ejemplo: cobertura o calidad de determinados servicios públicos). Una sociedad civil consciente de sus derechos, que reclama cada vez con más fuerza, incluyendo en ellos componentes como equidad y calidad. Pero también una sociedad civil responsable, dispuesta a comprometer su cuota de deber y exigirlo igualmente al sector privado del mercado y al sector público gubernamental.

Y es importante hacer constar que cuando hablamos de sociedad civil no nos referimos únicamente a las ONG´s, aunque ellas tengan un rol protagónico. Se trata de toda agrupación de ciudadanos, que se constituyen en sujetos sociales conscientes de sus deberes y derechos ciudadanos. Por tanto incluye también las organizaciones populares en toda su variada rama y muchas otras formas de asociación que se dan los pueblos. Ellas conforman la mejor expresión de la democracia participativa, que al activarse revalora la representatividad de la democracia electoral.

Desde esta perspectiva los pobres se recuperan como sujetos, ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho, que por la fuerza que les otorga la organización, y según las capacidades de alianzas, negociación y movilización, reconstituyen su poder.

Este nuevo rol de la sociedad civil produce la recuperación del espacio público exigiendo zonas verdes, regulaciones ecológicas que garanticen la sustentabilidad, seguridad ciudadana que haga habitables los espacios públicos, pasos peatonales y carriles de bicicletas. Produce también un nuevo reclamo de mejora de la cobertura y calidad de los servicios públicos que garanticen la calidad de vida de todos los ciudadanos y ciudadanas con equidad.

Este movimiento debe revertir la tendencia de privatización de lo público que garantiza los derechos sólo a quines pueden pagarlo o utiliza los bienes públicos para enriquecimiento personal (corrupción administrativa) o para fortalecimiento de un determinado grupo o partido. Lo público se revaloriza como derecho humano y como responsabilidad ciudadana. Y este proceso va en defensa de los pobres, que no quedan ya excluidos de los espacios y bienes a los que tienen derecho. Nos damos cuenta que lo público no debe ser privatizado. La solución no está en la construcción de espacios de aire no contaminado, porque no podemos andar con máscaras protectoras. Ni la seguridad ciudadana es suficiente con la vigilancia privada de los espacios privados porque nuestra vida transcurre también por otros espacios. Ni basta con tener acceso a una educación privada de calidad porque cada vez más necesitamos habitar un mundo educado. Y la protección de la salud requiere de un ambiente sano en donde las epidemias estén bajo control. Lo privado sólo funciona cuando lo público está garantizado.

Vivimos en tiempos de globalización. Esto significa que esta reflexión hay que plantearla en términos globales. Las consideraciones locales o nacionales ya es evidente que son insuficientes. Sabemos que lo que afecta al medio ambiente o a los sistemas globales es problema de todos. Temas como el calentamiento global, el narcotráfico o las migraciones son testigos de esto. La globalización no es sólo un tema de alcance de las comunicaciones o de libre comercio. Es una dimensión de toda actividad humana del siglo XXI. Hablar de lo público hoy tiene que tener referencia a la sociedad global.

1.2  La construcción de ciudadanía, de sujetos de derechos

Trabajar para los pobres tiene que comenzar por reconocer su identidad, el lugar que ocupan en el cuerpo social, y crear las condiciones de posibilidad para que esa inserción sea una realidad. Es comenzar por reconocerlos como ciudadanos y ciudadanas.

La ciudadanía nos constituye como sujetos de derechos y deberes. La acción misericordiosa, compasiva (de co-padecer los sufrimientos del otro) comienza por reconocerlo como sujeto de derechos. Antes de regalarle nada hay que otorgarle aquello a lo que tiene derecho. La sociedad se sitúa ante el pobre primero como deudora. Las diferencias sociales nunca pueden justificar que a alguien se le arranquen sus derechos. Este reconocimiento de su dignidad conforma la acción hacia ellos: con respeto, reconociendo derechos. Y la auto-percepción de ellos mismos: con autoestima.

Este punto de partida reconoce de entrada que el problema no está en los pobres, sino en una sociedad que niega o disminuye los derechos de parte de sus miembros, muchas veces la mayor parte. La mirada sobre el pobre refleja nuestra propia miseria como sociedad y clama por una reforma de nosotros mismos.

Constituirnos como ciudadanos nos hace también responsables: debemos dar cuenta de nuestros deberes. A veces la mirada paternalista sobre el pobre lo ha descargado de su responsabilidad. Lo han convertido en objeto de nuestra compasión y no en sujeto de su vida. Y no le ha pedido cuentas de su responsabilidad. O lo ha convertido en objeto de nuestro rechazo justificando su exclusión como delincuente o incapaz. No se le puede exigir aquello para lo que le quitamos la posibilidad. Un ejemplo claro lo tenemos en lo que llamamos la responsabilidad paterna o materna. A veces culpamos a los padres o madres por impedir el desarrollo del niño obligándolos a trabajar en actividades que afectan su desarrollo. Pero nos olvidamos de crearles a esos padres y madres las posibilidades de que puedan cumplir con su obligación. Hay primero una responsabilidad de la sociedad incumplida.

Hoy hablamos de sociedad civil y eso nos recuerda que los derechos y deberes individuales son también derechos y deberes sociales. Somos sujetos individuales, pero también somos sujetos sociales. Nuestra vida se realiza y toma sentido siempre en relación a grupos que constituyen en gran medida nuestra identidad. No solamente tenemos un yo, sino que somos parte de un (o varios) nosotros. Y como colectivos tenemos también derechos y deberes. Y estos nacen de nuestra condición de igualdad con otros colectivos. No existen derechos de segunda para grupos marginales. Por lo tanto tienen derecho a participar en las instancias de decisión, a organizarse, a desarrollar su identidad y su cultura, a expresarse públicamente, a acceder a los bienes y servicios a los que tienen derecho. Pero tienen también que respetar los derechos de los otros, cuidar el medio ambiente, colaborar a la convivencia social, asumir sus responsabilidades ciudadanas.

La primera acción para los pobres debe ser reconocerlos, como personas y como colectivos, como sujetos de deberes y derechos.

miércoles, 8 de junio de 2011

Para, Desde y Con los pobres (I parte)

Algunos días sin internet en Quevedo han hecho que me sentara delante del ordenador por las noches, no para encontrar a alguien, lejano o cercano, con quien comentar el día a día, sino para reflexionar un poco sobre la cosa esta del trabajo con los vulnerables, con los pobres, con los empobrecidos ... según la visión que cada uno tenga de la cooperación, los llamará de una forma u otra, cosas de las teorías, escuelas o la gran palabra PARADIGMAS
Como me ha quedado un poco largo, lo trocearé ...

TRABAJAR CONTRA LOS POBRES

En el año 2000, en una cumbre de Naciones Unidas, se promulgó una declaración de las naciones comprometiéndose a alcanzar ocho metas para el milenio. La primera era erradicar la pobreza extrema y el hambre. Se esperaba que para el 2015 se redujeran a la mitad las personas que vivían en extrema pobreza y en pobreza. Al paso que vamos no lo lograremos.

La razón principal está en la falta de voluntad política para tomar las medidas necesarias. Pero también en los caminos que escogemos para alcanzarlo.

De todos es conocido que nos hemos quedado cortos en la inversión para la erradicación de la pobreza. La mayoría de las naciones ricas han sido tímidas en su inversión en esta área. Pocas naciones pobres han aumentado significativamente su inversión en gasto social. La responsabilidad social empresarial no tiene las dimensiones necesarias. Lo que refleja la débil voluntad política de combatir la pobreza que se muestra en el creciente aumento de la brecha entre ricos y pobres.

Pero peor aún es la falta de determinación para eliminar las fábricas de pobreza: la falta de mecanismos de redistribución, la deficiencia de los servicios públicos en cantidad y calidad, el desempleo y las condiciones laborales atropellantes (trabajo infantil; bajos salarios; escasez de seguridad; horarios excesivos; comercio que no protege los derechos de los trabajadores ni los pequeños productores; formas de racismo y xenofobia que determinan la reproducción de la pobreza de grupos étnicos; exclusión de acceso a los derechos de determinados sectores poblacionales por nacionalidad, edad, género,…; débil o ninguna protección al derecho a la organización,…). Las políticas sociales a veces se limitan a acciones asistenciales o políticas compensatorias por las desigualdades producidas por las políticas económicas. Se refuerzan así las debilidades de los pobres como son su falta de acceso a la salud y la educación de calidad, su baja autoestima, su exclusión de los sistemas de justicia, su exclusión del poder,…

Esto no sólo se hace a través de acciones que perjudican a los pobres, o por omisión de legislación y acción que positivamente los beneficie. A veces acciones que son proclamadas de asistencia social tienen el efecto de mantener e incrementar la pobreza. Por ejemplo, ciertas políticas asistenciales debilitan la frágil autoestima de los pobres. Son acciones que refuerzan la percepción de impotencia que les lleva a renunciar al esfuerzo de valerse por sí mismos. Más grave aún si existe alguna dificultad que es catalogada como culpable de la incapacidad: soy mujer, discapacitado, anciana, de una etnia con limitaciones. No sólo conducen al autoconvencimiento de su incapacidad, sino al aprendizaje de conductas que produzcan lástima y que, por tanto, reduzcan los esfuerzos por salir de la condición de pobreza. Son las tradicionales acciones de reparto de bienes (comida, ropa, dinero, juguetes,…) que en sus formas tradicionales provocaban las humillantes filas de pedidores y que en su versión moderna crean complicados sistemas de selección y reparto, pero que en el fondo producen los mismos efectos de manera más cosmética, pero también muchos más cara, dejando gran parte de la inversión en los técnicos y sus modernos sistemas electrónicos. Estas políticas permiten a los pobres sobrevivir como pobres, pero nunca salir de la pobreza. Los lleva a percibirse siempre como impedidos, como dependientes de la ayuda de otro; y todo comportamiento que conduzca a la autosostenibilidad es desechado porque estorba para conseguir la supervivencia: mientras más impotente aparezcas, más lástima produces y más ayuda recibes. Por eso las políticas paternalistas y asistenciales no sólo no ayudan a salir de la pobreza, sino que lo impiden.

Otro tipo de ayudas que producen el efecto contrario son las hechas con fines clientelares. Son las ayudas que se entregan como favores a cambio de agradecimientos incondicionales. Son frecuentes en el ámbito de la política, pero también en otras esferas. Ellas sustituyen el pensamiento de deberes y derechos por el de favores y gratitudes. Crean dependencia, impidiendo el empoderamiento de los pobres, que se autoperciben como objetos de la caridad de otros. Los incapacitan para sentirse como sujetos de derechos, que pueden exigir. Son objetos de favores que deben propiciar con la sumisión incondicional y el apoyo irrestricto. Es una manera de comprar fidelidades y conciencias, que renuncian a su responsabilidad ética. El pobre entonces se siente obligado a su protector, sin otros deberes que obedecer sus deseos. Esta conciencia de siervo sustituye a la conciencia de ciudadano, que genera reclamo de derechos, pero también responsabilidad de deberes.

Ante estas formas de actuar contra los pobres, que tienden a perpetuar la pobreza, aunque a veces aliviando alguno de sus efectos, queremos buscar una manera eficiente de combatir la pobreza creando nuevas capacidades, oportunidades y posibilidades para los pobres, porque la única manera de combatir efectivamente la pobreza es colaborando a que los pobres se transformen en ciudadanos y ciudadanas con pleno derecho y completa responsabilidad.

Esta síntesis la agrupamos alrededor de tres conceptos: trabajar para los pobres, trabajar desde los pobres, trabajar con los pobres


jueves, 24 de marzo de 2011

Todos fueron entrando al barco ... Mi poesía en su lucha había logrado encontrarles patria. Y me sentí orgulloso.


Los españoles del “Winnipeg”
Pablo Neruda



Querer escribir algo sobre Chile y no mencionar a alguien como Neruda debe ser complicado, por eso, para evitar complicaciones lo mejor es titular con palabras de este poeta marinero, que nunca se atrevió ir a la mar, aunque certifico que tenía un barco en la puerta de su casa, pero prefería subirse a él con un par de whiskys encima ya estando mareado, que era lo que le iba a ocurrir si se lanzaba al océano.

Una vez que me he evitado las complicaciones, creo que lo más difícil va a ser intentar narrar de forma no aburrida los 9 días que pasé en Chile. No pretendo hacer una sucesión de batallitas para cansar al personal, me gustaría que me saliera algo más … no sé si llamarlo de sensaciones, de impactos, de recuerdos, de goces …

En cierta medida me ha pasado algo parecido a lo que Neruda narra sobre los españoles que huyeron de España por la represión franquista y llegaron al puerto de Valparaíso en un barco llamado Winnipeg en 1939. La diferencia es que yo no huía de ningún sitio, de Guayaquil y de su Perimetral uno se va, no huye.

El caso es que, por decirlo de alguna manera, llegué más que a un país o a una ciudad concreta de ese país, llegue a un espacio en el que en cada momento me sentí en mi propia patria, o al menos en lo que a mi me gustaría que fuera una patria. Pero para no enredar mucho, mejor no hablar de inventos tan estúpidos como patrias.

Llegué a Santiago de Chile y desde el momento en el que se abrió la puerta del aeropuerto tenía la sensación de que estaba como en mi casa. ¿Y quién le puso cara a esa sensación?, Andrea Venegas jejejeje casi 3 años llevaba sin verla, nos despedimos en el aeropuerto de Guayaquil en abril de 2008 entre lloros suyos y sandeces mías … y la jodía en el reencuentro ¡¡no lloró!! Todo estaba planeado con la Nata y con Darío para llevarla engañada al aeropuerto. La sensación era extraña jejjeje pero era muy agradable. Volver a ver a Andrea me colocó 3 años atrás, cuando empecé a escribir esta historia vinculada a la cooperación, a América Latina y a Ecuador.

Pero la excusa de ir a Chile no era ver sólo a Andrea jejejeje, ver casarse a Pame y Guala en aquella capillita tan pequeña, rodeados de la gente que más los quiere y con aquel diácono tan alejado del catolicismo anquilosado en el pasado, tuvo para mi una bofetada de “amor” en la cara. ¿Y cómo explico eso?, conocí a Pame y Guala en la Perimetral, pero no a la vez, si no separados … cuando fui en agosto de 2009 a Guayaquil Pame ya estaba con Guala y se notaba que esa relación, nacida en un espacio como es la Perimetral tenía pinta de cuajar, si no yo nunca hubiera entendido aquellas conversaciones por skype o aquellos paseos para comprar un traje para una boda recorriendo todos los “no lugares” de Guayaquil. Fue mucha la gente de Hogar de Cristo y del propio Hogar de Nazareth los que a Maite y a mi nos encomendaron decirles a los recién casados que no se habían olvidado de ellos.

Y una vez unidos los Guala – Balboa … tocaba no pensar y tener unas vacaciones alejadas del anarkoturismo (en algún lugar explicaré con detalle que es el concepto del anarkoturimos creado por el doctor Sanz Lorente y quien escribe).

Comer 7 asados, una empanada de kilo y un costillar en 9 días sólo se puede llevar a cabo con la organización de alguien como Darío Oyarzún, un tipo peculiar donde los haya, del Atleti, de la U y perdedor de apuestas. Pero eso sí, un auténtico as con el cuchillo y el punto de la carne. Darío está casado con una tipa también peculiar … Rocío Martínez, entusiasta en lo que hace y una mujer toca pelotas de los fachosos amigos de Piñera. Y la guinda del pastel, es una “tipilla”, porque es pequeña, pero que creo no tener palabras para definirla, la Viole. Supongo que la sensación de despertarse cada mañana y verla es lo que provoca que los otros dos tipos con los que vive, su padre y su madre, tengan esa fuerza y esa ilusión.

Creo que me estoy poniendo un poco ñoño …
 

 
















Y ahora toca hablar de la Nata. Antes de decir nada, seguramente se pueda ganar la vida apostando en el casino, pero jamás se podrá ganar un sueldo como guía turístico. Con la Nata tuve las vacaciones del no pensar, extrañamente todo me parecía bien, incluso tardar 4 horas en hacer un recorrido que en condiciones normales tardas 1 hora y gracias. Los días en Viña del Mar, Valparaíso, Isla Negra etc tenían para mi la sensación de reencuentro, pero también de despedida. Esta tipa sí que es una aventurera y una fiel creyente en que este mundo puede ser un lugar mucho más habitable para mucha más gente, ya sea en Quito, con sus señoras en Chile, con los niños en la India o con lo que se le viene encima en África (espero que me perdones por no acordarme del nombre de tu microempresaria o de los dueños de la tiendita de Kalkota).







Pude volver a pasear por la Alameda, con una sensación aún más extraña si cabe, después de visitar el Museo de la Memoria … con la idea de que es necesario y obligatorio dejar claro quiénes fueron los torturadores y quiénes los torturados, en España tenemos mucho de lo que aprender. Tipejos de la derecha española tendrían que darse un paseo por este museo.

Y de Santiago me llevo la sensación de ciudad acogedora, de espacio vivible en el que quien sabe …
  













Pd: Esta vez la autoría de las fotos es múltiple, la Nata, Darío o yo mismo.
Pd: El Winnipeg tiene un significado especial para los inmigrantes españoles y sus descendientes. Será recordado como el barco que rescató a miles de españoles de la guerra, dándoles una nueva posibilidad de vida en tierras chilenas, por gestión y obra del poeta Pablo Neruda. (http://es.wikipedia.org/wiki/Winnipeg_%28barco%29)

miércoles, 9 de febrero de 2011

Lugares y No lugares

Mi padre llama a los centros comerciales (Mall), y especialmente al IKEA (esa empresa de progres gafapastas suecos que para que no te pierdas en sus edificios te ponen unas señales en el suelo que al seguirlas recorrerás todos los departamentos y así seguramente acabes comprando algo), como “los no lugares”, y ¿qué quiere decir con un “no lugar”? Pues el espacio que la cultura del “Wall Mart” (famosa cadena de supermercados megalómanos gringos) nos ha metido en la cabeza como la mejor forma de relacionarnos con nuestro vecino, el lugar donde la persona se va a despersonalizar, dejando de ser quien realmente es para adaptarse a como le han dicho que tiene que ser. Eliminando el espacio público y encerrándolo en un “bonito” edificio de luces y “agradable” olor en su interior tendremos a una gran masa, que con la necesidad de consumo, le da sentido a nuestro nuevo “lugar – no lugar”.

Esta idea es la antítesis de lo que los griegos y los romanos (“esta gente son antiguos, pero no eran tontos”, era la frase que me decía un profesor mío de Historia del colegio) habían concebido como su ágora o su foro. Ese verdadero lugar de encuentro, discusión y toma de decisiones que el pueblo tenía en sus ciudades y aldeas, desde la mismísima Atenas o Roma, a los pequeños asentamientos militares de las legiones en las provincias del basto Imperio Romano. Ese espacio público de gestión, de pensamiento, de creación de cultura y de relaciones humanas. Ese espacio que incluso cuando la cultura romana suplantó a la helena, lo respetó, y así si uno va a Atenas (probablemente el germen de lo que decimos ser, si un ateniense levantara la cabeza … poooobre), podrá visitar las ruinas del ágora griego y junto a él, las ruinas del foro romano.

¿Se nota la diferencia entre “el lugar” y el “no lugar”?

Y todo este paseo por los lugares y los no lugares me dio un bofetón en la cara en La Unión.

La Unión es una pequeña comunidad de unas 700 personas que viven al borde del manso río Guayas, frente al puerto de Guayaquil.

La Unión es un compendio de familias desplazadas por la potente industria camaronera (de gambas) que hay en la zona, hasta que les han arrinconado en una franja de apenas 75 metros de ancho por 400 metros de largo (no le hagáis mucho caso a las medidas).

La Unión es “un lugar” inventado en donde pegar a esa gente que molestaban a las piscinas de camarones.

El invento de La Unión, sin nada que se le parezca a servicios básicos, es la expresión del “no lugar” que la cultura del desarrollo y del comercio tiene previsto para los que molestan a tan glorioso fin.

La Unión es tener frente a sus casas el puerto de Guayaquil, o lo que es lo mismo, la puerta de entrada de la mayor parte de la riqueza del país. Y en cambio sobrevivir alejados de cualquier tipo de modelo de desarrollo sustentable.

Pero La Unión es el rostro de la señora curtido por el implacable sol que allí se da, por el lodo con el que convive 5 meses al año.





 La Unión es ese niño que va a su pequeña escuela o se embarca en el bote de Benito a las 5 de la mañana para ir al colegio en Guayaquil.





La Unión es el niño que se huele las manos y pone cara de extrañeza ante "tan raro" olor porque es la primera vez que se las han lavado con jabón antes de comer.

La Unión, como dice un gran politólogo, periodista difamador, antropólogo del pueblo, fetichista postmoderno guayacófilo y del Aleti muy amigo mío,  “confirma el derecho legítimo a la insurrección armada en determinadas circunstancias”.

La Unión es un “no lugar”, que no está envuelto en un bonito edificio de luces y colores, que no huele tan bien como el ambientador del Mall, que a los ojos de los que venimos del otro lado se nos queda metido en la retina.

Pero La Unión está formada por rostros, miradas, manos que lo convierten en un espacio en donde cada uno sólo puede ser él o ella mismo, en donde la despersonalización del “Wall Mart” no se da. En donde conoces a Andrés, que ahora que la gente más pobre de los pobres ya tiene su casa, él está solicitando la suya.

Creo que de alguna u otra forma, a La Unión te acabas uniendo.

Salud y “lugar”.   

Pd: Marc Augé acuñó el concepto "no-lugar" para referirse a los lugares de transitoriedad que no tienen suficiente importancia para ser considerados como "lugares".

Las fotos son obra del Àlex Oltra, fotógrafo del Grau y amigo de la Perimetral

lunes, 24 de enero de 2011

Homo, homini lupus (El hombre es un lobo para el hombre)


Otra vez tomando frases prestadas de tipos que hace tiempo pasaron por un mundo mucho menos comunicado, mucho menos globalizado, muchos menos interrelacionado y sin embargo aquel mundo de hace siglos hoy se repite casi al dedillo.

Thomas Hobbes, el autor de la cita que da título a este post nos cuenta en su principal obra, Leviatán, como la humanidad ha vivido en un estado de “guerra de todos contra todos”, una situación en la que el ser humano busca sobrevivir por cualquier medio, incluso si es preciso se llevará por delante la vida de quien haga falta.

¿Y por qué suelto todo este coñazo que más bien parece una clase de Historia de las Ideas Políticas de segundo de Ciencias Políticas?

El otro día estaba visitando uno de los bancos comunales que participan en el proyecto en el que estoy trabajando, expliqué todo el proyecto a aquellas señoras que me miraban con caras de medio sorpresa, medio desconocimiento. Terminé de hablar yo y les dije que me repitieran los cinco puntos que tiene el proyecto (Capacitación, Crédito, Brigadas de Salud, Comités Barriales y Guías Comunitarias de Salud) y efectivamente, no hubo que repetirlo mucho más, tenían claro que quería participar en esas cincos cosas, que casualmente era lo que ellas habían estado reclamando desde hacía algún tiempo. Si cuando un diagnóstico previo se hace es por algo, pensé yo en ese momento.

El siguiente paso es ir recorriendo cada uno de los negocios – casa de las socias. Me explican cómo invierten el crédito que han recibido, a quienes venden, qué registros llevan, o mejor dicho que no registros tienen … en general hacerme un poco a la idea de en qué situación se encuentran. Y por supuesto, no se les olvida decirme que ellas lo que quieren es “poder acabar el bachiller”.

Después de todo este periplo, con el lodo por las rodillas, volví a la oficina a sistematizar toda la información que había recogido. Y de repente llegó la directora del banco, para presentarme a una vecina.

Llegó una señora muy mayor, con 3 niños que podrían ser sus nietos o mejor dicho sus biznietos. Ella de casi 90 años, ellos de 11, 12 y 13 y cada uno de un “padre” diferente. Me contó la historia de por qué ella se había hecho cargo de esos 3 niños. Se le llenaron los ojos de lágrimas, me dijo que temía cuando ella se muriera por quien se iba a hacer cargo de ellos … y por último me recordó lo que no habían cenado en Nochebuena y los maduros (plátano asado) que les habían regalado para la cena de Año Nuevo.

La madre de estos 3 niños había desaparecido hacía 2 años “se fue a hacer unas cosas y no ha regresado”, abandonó a sus hijos como ella había sido abandonada en la puerta de la casa de esta señora, que la educó y la crió como su hija y ahora cría y educa a los hijos de ésta como si fueran sus nietos. Ahí el lobo que es el hombre, que es capaz de llevarse por delante incluso a quien ha salido de su interior … y a la vez, el corazón que es el hombre, que es capaz de acoger una y hasta dos veces a un semejante quitándose de vivir una vida mejor. Pero esto último no ha sido lo que he tenido en la cabeza estos días.

Lo he comentado con muchas personas, por el chat o con una cerveza por delante, y no he dejado de darle vueltas a como esta señora, que lleva toda su vida sufriendo, ahora ni siquiera sus hijos la aceptan porque “ella se lo ha buscado al hacerse cargo primero de esa mujer y ahora de esos niños”.

Y después de todo esto … “que paren el mundo, que yo me bajo”

Salud.

martes, 21 de diciembre de 2010

Rogue Wave - Lake Michigan

Heaven is a switchboard that you want to fight
she would even miss you if you taught her sight
power politician leaning to the right
baby's got a trust fund
that she'll want to go off like that
get off of my stack
leave a little window
get off of my stack

Now we wear same-colored yellow uniforms
sky is burning
but at least we're warm
go and run yourself a million miles
hoping that the colors run out
and you go off like that
get off of my stack
leave a little window
get off of my stack

You can never see yourself
ringing all around it

No one is on lake michigan
you labored on, lake michigan

Not another payoff
get off of my stack
leave a little window
get off of my stack
you know it won't do
get off of my stack